Continúa la búsqueda de culpables para las grandes pérdidas de los inversores durante la crisis de 2008. Ahora están en la mira las agencias de calificación. A mediados de enero 2013, el Tribunal Supremo alemán decidió que las tres principales agencias pueden ser demandadas a causa de sus puntajes. Los primeros damnificados presentaron sus demandas.